En el 1700, nuestra beata de la Compañía de Jesús enseñaba la Palabra de Dios a los niños de las comunidades originarias de Santiago del Estero. En 2010 el Cardenal Bergoglio pidió a los catequistas de Buenos Aires que rezaran ante el sepulcro de Mama Antula. Y en 2021, ya siendo Papa Francisco, declaró el Ministerio Laical del catequista, que se celebra cada 21 de agosto.
Recordamos un fragmento de la carta a los catequistas que el Cardenal Jorge Bergoglio -hoy Papa Francisco- escribió en el Día del catequista de 2010:
«..¡No te canses de sembrar! Y en este año del Bicentenario, me animo a proponerte que te acerques como peregrino a la Parroquia de Nuestra Señora de la Piedad. Y ante la tumba de la Madre Antula, pedile para vos, para mí y para cada uno de los catequistas de esta bendita ciudad, su grandeza y su fortaleza. Suplicale la gracia de poder acompañar y cuidar la fe de nuestro pueblo fiel como ella lo supo hacer tres siglos atrás, en circunstancias también difíciles como las actuales. Será una manera de “anticipar la aurora, y construir la esperanza”.Que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te cuide. Afectuosamente.»
Mama Antula, célebre por la enorme obra evangelizadora que realizó en el territorio del virreinato del Perú y del río de la Plata, dio sus primeros pasos como catequista de los indios de Santiago del Estero.
Hablaba en quechua y compartía la vida con las comunidades originarias con estrecha colaboración con las reducciones jesuitas. Por entonces catequizar no solo implicaba la tarea de dar a conocer la buena noticia de Jesús, sino también la educación integral para la vida digna: cocinar, bordar, plantar y cosechar además de leer y escribir.