Familia Mama Antula

María Antonia de San José Paz y Figueroa

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11/feb/2024 - ¡¿Te enteraste?¡ - CABA, Basílica La Piedad

Adoración al Manuelito de Mama Antula luego de la Misa, y bendiciones. Fieles y devotos rezando por la paz.

Vigilia final con transmisión en directo de la ceremonia de Canonización desde el Vaticano, y Misa de Acción de Gracias presidida por el vicario general de la Arquidiócesis de Buenos Aires Mons. Gustavo Carrara, con exhibición del Manuelito y procesión con bendiciones.

«¡¿Te enteraste?¡» bromeaba el párroco de La Piedad Raúl Laurencena el domingo a las 9 de la mañana, con el templo rebosante de devotos, a cada persona que se acercaba a saludarlo.

-No, ¿qué pasó?

-¡Canonizaron a Mama Antula!

La broma reiterada distendió a los presentes que merodeaban el Sepulcro Histórico Nacional el Domingo 11 bien temprano, en un clima de recogimiento haciendo fila para tomar gracia del Sepulcro Histórico Nacional de Mama Antula.

Muchas de estas personas estaban de vigilia desde el sábado a las 20 horas, cuando después de presenciar la última Misa previa a la canonización se quedaron a la Peña en La Piedad y fueron albergados en el templo para dormir un rato hasta las 5 de la mañana, y dirigirse al gimnasio del Colegio de La Piedad para presenciar en comunidad la proyección en pantalla gigante de la ceremonia del Papa Francisco.

Mientras el templo fue llenándose de devotos, el párroco Laurencena y Damián Abregú -de la Familia Antuliana- recibieron a la vicejefa del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Clara Muzzio y al representante del gobierno de la provincia de Santiago del Estero el Lic. Bernardo M. Abruzzese.

Mientras tanto Mons. Gustavo Carrara -obispo auxiliar de Buenos Aires y Vicario General de la Arquidiócesis- saludó y oró en el Sepulcro Mama Antula y frente al Manuelito original, una de las reliquias más preciadas de la Santa Casa: el famoso Niño Dios abrazado a una Cruz que Mama Antula daba a venerar en su época, y que según las crónicas de entonces era muy milagroso.

Antes de la Misa el Padre Laurencena realizó un recorrido por la Basílica dándole la bienvenida a los porteños y a las personas llegadas desde todas partes de la Argentina y del mundo para la primera Misa de Santa Mama Antula, y saludó muy especialmente a las personas del círculo de sordos católicos, que asistieron a la Misa y contaron con la traducción simultánea con lengua de señas.

Concelebraron la Misa junto a Mons. Carrarara el obispo emérito de Rosario Mons. José Luis Mollaghan, Mons. José María Baliña, el párroco P. Raúl Laurencena y el Padre Raúl Canali entre otros sacerdotes.

Con la esplendorosa Basílica a pleno -que no tiene nada que envidiarle a los templos vaticanos- la Misa inició cantando la tradicional chacarera del P. Raúl Canali -que estaba presente concelebrando-, que empieza:

En los pagos de Santiago
cuna de la chacarera
se nos dió a los argentinos
una flor de santiagueña
la llamaban Madre Antula
viera qué guapa de veras

Con todo el protocolo de tan importante acontecimiento, Mons. Gustavo Carrara -obispo celebrante- inciensó el altar, al Manuelito y a la reliquia ex ossibus de Mama Antula que fue venerada durante toda la semana a la derecha del altar.

En su homilía, Mons. Carrara reseñó la vida de Mama Antula y puso en relevancia que la primera santa argentina fue quien trajo a estas tierras la devoción a San Cayetano, el santo de la Divina Providencia, e hizo alusión a la realidad socioeconómica que vivimos en el país: «A ella le debemos la presencia del patrono del pan y del trabajo en el Santuario de Liniers. El pedido del pan es un pedido de justicia –no es posible pasar hambre en una tierra bendita de pan-, y el pedido de trabajo es un pedido de dignidad –aquel que no trabaja está herido en su dignidad, siente que está de sobra-

Ruegos por sanaciones y por la salud de los seres queridos, y peticiones por trabajo y paz, los más pedidos.

Papa Francisco citado en la homilía de Mons. Gustavo Carrara:

Recordemos también que el camino de la santidad implica confianza, abandono, como cuando la beata María Antonia llegó sólo con un crucifijo y descalza a Buenos Aires, porque no había puesto su seguridad en sí misma, sino en Dios, confiaba en que su arduo apostolado era obra de Él. Ella experimentó lo que Dios quiere de cada uno de nosotros, que podamos descubrir su llamada, cada uno en su propio estado de vida, pues cualquiera que sea, siempre se sintetizará en realizar `todo para la mayor gloria de Dios y salvación de las almas´”

Mons. Carrara explicó el Evangelio del día -la curación de un leproso- con el método de los Ejercicios Espirituales, y propuso entrar en la escena bíblica con la imaginación, y que cada uno ocupe el lugar del leproso, que le dice a Jesús: «si quieres puedes purificarme«. En el día de la Virgen de Lourdes -patrona de la salud- y ante un auditorio repleto de fieles que dejaron sus ruegos y plegarias durante toda una semana en el Libro de peticiones del Sepulcro, en una urna a tal fin, y de cientos de ruegos escritos en nuestras Redes Sociales por los que se rezaron en la Misa, dijo Carrara: «El leproso dice una oración de petición, pedimos una gracia, suplicamos cosas concretas… Pidamos la gracia al Espíritu Santo de que nuestros pensamientos, que nuestros sentimientos y nuestras acciones estén ordenados a la mayor gloria de Dios y a la salvación de nuestros hermanas y hermanos».

Viviana Abregú acercando la urna con pedidos de los devotos en el momento de las ofrendas.

Finalmente dijo Carrara:

La canonización de Mama Antula es una gracia especial para Iglesia en Argentina. Nos alegramos, lo agradecemos, pero a la vez nos queda abierta la pregunta. ¿Qué nos está pidiendo el Espíritu Santo a través de ella? Hay que rezarlo, discernirlo, y actuarlo.

Las ofrendas consistieron en pan, vino, contribuciones voluntarias y también el esfuerzo de estar presente con temperaturas superiores a los 30 grados, al punto que los obispos y sacerdotes concelebrantes bebieron agua durante toda la Misa. Viviana Abregú -por la Familia Antuliana- acercó la urna repleta de ruegos y peticiones por salud, trabajo y paz en la Argentina.

Luego de la Misa se realizó una procesión por el templo con el estandarte de Mama Antula y sus reliquias. Los presentes vivaron a Mama Antula y tomaron gracia de sus reliquias pidiendo salud, trabajo y paz para la Argentina y para todo el mundo. Santa Mama Antula es ahora una santa universal porque su fiesta litúrgica -7 de marzo- entra en el calendario litúrgico de la Iglesia católica apostólica romana de todo el mundo.

Basílica de La Piedad, magnífica

Una presencia importante que engalanó la celebración fue la de las hermanas Hilda y Julia, las últimas Hijas del Divino Salvador, congregación creada luego de la muerte de Mama Antula cuando se fundó el Santuario de San Cayetano de Liniers entrado el 1800. Se formó fila para saludarlas y felicitarlas -la hermana Hilda fue una de las impulsoras de la canonización-.

La hermana Hilda, junto al grupo de sordos católicos
El Manuelito de Mama Antula junto a su estandarte, y cientos de estampas con la oración de la canonización, listas para ser repartidas.